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El Rebozo Mexicano

Actualizado: 2 feb 2019


Hermosa Oaxaqueña mostrando su espléndido atuendo. En la parte de atrás un agave.
“Rebozo es el paño de hombros para envolver el corazón de la mujer y prolongar la ternura de sus brazos”.

Anónimo


A ciencia cierta no se conoce el origen del rebozo pero existen varias teorías: se dice que pudo ser una prenda proveniente de la India y llegada a México por el Galeón de Manila; otra versión indica que pudo ser una derivación de las famosas mantillas españolas, aunque también hay quién dice que surge de la combinación del ayate indígena (el cual era de ixtle compuesto de dos lienzos) o del mamatl (un lienzo rectangular con bordes de un material distinto), ambos usados por hombres y mujeres para carga y transporte de mercancías diversas, con los materiales, colores y formas de las prendas españolas.

En 1572, en su obra historia de las indias, el fraile dominico Diego Durán ya hace mención del rebozo, prenda mestiza por excelencia, que nació de la necesidad que tenían las mujeres mestizas de cubrirse para entrar a los templos. Inspirándose en las tocas que los frailes impusieron a las mujeres indígenas con tal motivo, así como en los mantos que las españolas, los tejedores aprovecharon el telar prehispánico para tejer rebozos de algodón y más tarde de seda y de lana.

Las indígenas acostumbraban a hilar con uso o malacate las fibras que empleaban para tejer. Del mismo modo, trabajaban la seda y la lana sin abandonar el ixtle ni el algodón blanco ni el de color coyuebe, de origen prehispánico.Los indígenas lo llamaban ciua nequeatlapacholoni, que quiere decir “como toca de mujer o cosa semejante” según el Vocabulario de Molina, de 1555. Entre los otomíes, chal o rebozo se dice mini-mahue. Los de Huayapan. Morelos lo llaman cenzotl, palabra náhualt derivada quizá de centzontilmantli o “manta de mil colores”, según el diccionario de Cesar Macazaga.


Tradición artesanal


Entre los otomíes, chal o rebozo se dice mini-mahue. Los de Huayapan. Morelos lo llaman cenzotl, palabra náhualt derivada quizá de centzontilmantli o “manta de mil colores”, según el diccionario de Cesar Macazaga.


El rebozo se fabrica prácticamente en todo México, pero cada uno tiene símbolos como el color y el entretejido de los hilos que identifican su origen y comunidad que lo utiliza o la época de elaboración. Actualmente los centros reboceros más conocidos son:


  • Santa María del Río, San Luis Potosí. Llamada “la cuna del rebozo” y famoso por sus rebozos de seda y ahora de articela.

  • Tenancingo, Tenango y Tejupilco, Estado de México. El primero, tiene su especialidad en el rebozo de algodón fino.

  • La Piedad y Tangancícuaro, Michoacán.

  • Tepeji de la seda y Tepeji del Río, Puebla.

  • Moroleón y Valle de Santiago, Guanajuato.

  • Chilapa, Guerrero.

  • Oaxaca Mexico

En las ceremonias chiapanecas, se tejen plumas en los huipiles y rebozos de boda, pues dice la tradición dice que así la mujer será hogareña como la gallina y no abandonará su hogar.


Elaboración

Es importante comentar que el tejido del rebozo se hace en su mayoría en telar de cintura, aunque a veces se hace uso del telar de pedal, en ambos casos es un proceso artesanal muy laborioso y donde intervienen varias personas en su elaboración.Los pasos a seguir pueden variar, pero en general el proceso de elaboración es el siguiente:En primer término se devana el hilo (devanado), y se coloca en los cañones la cantidad necesaria de acuerdo a cada rebozo; con esto se procede a la urdimbre (urdido), y es en el urdidor donde se le da la medida al lienzo.Una vez urdido, el lienzo se traslada a un bastidor donde el hilo se pepena (pepenado), es decir, se separa del jaspe según el dibujo. Posteriormente, se tuercen los cordones y se les agrega atole de masa para que el hilo se endurezca, a fin de hacer el amarre más fácil; a este proceso se le denomina boleo. El amarre consiste en cubrir con atados de nuditos las partes del hilo donde no se desea que penetre la tinta, de manera que el jaspe queda de diferente color al del resto del cordón.

La diferencia entre rebozo y chalina es que en la chalina se omite el proceso de amarrado, con lo que la tela queda completamente de un solo color y no con el jaspeado (o granizado) característico del rebozo.

Después del pepenado y el boleado, el hilo se tiñe (teñido). El veteo, es decir, el fondo del rebozo, y las puntas, se tiñen al mismo tiempo. Una vez teñido, el hilo se deja secar a fin de proceder al tejido.Los teñidos se hacían con colorantes naturales: para obtener el azul fermentaban la piedra añil, y para el carmín empleaban la grana cochinilla. Varios tonos de color café los obtenían de un líquen llamado “barbilla de peña”, y el cual, al mezclarlo con el corazón del palo de Campeche, le imprime un aroma que permanece a través de los años. De ahí proviene el nombre de rebozo “de barbilla” o “de olor”.

Por su parte, el color negro se debía al tinte de fierro, material que recogían de la calle, ya fueran llaves, clavos, cerraduras, etcétera. Los otros ingredientes para hacer este tinte eran las vainas de cascalote, piloncillo y piedra de alumbre.También se producían con tintes naturales rebozos negros, azul, rojo, morado y verde, todos con pequeños fragmentos de blanco, que son los espacios que mediante el “amarrado” quedan sin teñir, y al hacer el tejido muestran los dibujos que según su estilo se denominan: de “calabrote”, “rosita”, “rosarito”, “culebrilla calado”, y otros.Una vez terminada esta parte del proceso, les toca su turno a las empuntadoras que tejen a mano, a base de nudo, el rapacejo o punta (empuntado); tarea complicada y minuciosa que ha sido colocada por algunas personas en la categoría de los encajes. Las empuntadoras suelen distinguirse por su habilidad manual y creatividad. La elaboración de cada rapacejo les toma cerca de veinte días; la duración del procedimiento depende de las medidas del rebozo y llegan a tardar hasta cuatro meses en hacerse. Al igual que el rebozo hay otras prendas que utilizan las mujeres Mexicanas como el Chal, Mantón de Manila, Echarpe, Mantón, etc. Muchas gracias por leer y si te interesa recibir nuestras publicaciones no dudes en subscribirte en la página Una Mexicana en Egipto

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